Los origenes de la coloración

DEL POLVO MINERAL AL BARRO

Un breve repaso a la evolución de la coloración capilar a lo largo de los siglos para entender donde nos encontramos hoy. Una historia que sorprende y ubica. La curiosa relación de las diferentes culturas con el cuidado del cabello. El salto a la coloración sintética y las compañías multinacionales. La situación actual y una relación pasional entre publilcidad, cosmética y cine Technicolor que dura ya 100 años; y alguna otra curiosidad.

Un poco de historia

Existen evidencias arqueológicas que demuestran que las primeras prácticas de coloración de cabello se remontan al hombre de Neanderthal. Los polvos minerales de colores aplicados directamente en el cabello proporcionaban efectos de coloración rudimentarios. Los galos se teñian con lejías alcalinas consiguiendo distintos tonos rubios y matizaban con polvos minerales rojizos, mientras que a los sajones se les presenta en los grabados con tonos azules, verdes y rojizos. Prácticas utilizadas para distinguir rangos en el campo de batalla e infundir temor a sus enemigos.El canon de belleza de los egipcios consistía en armonía, perfección y bondad. Y tenían gran preocupación por mantener el cuerpo lo más perfecto posible. Para ello estudiaron la naturaleza e introdujeron los extractos vegetales en el cuidado personal. Desarrollaron las hennas como método de coloración, consiguiendo tonos ocres, rojizos y mayor fuerza de crecimiento. Si el filósofo griego Teofrasto Ereso (371-287 a.C) es considerado el padre de la botánica, Egipto fue su gran inspiración.El ideal griego del cabello rizado y rubio se conseguía mezclando polen amarillo, harina amarilla y polvo de oro. Esta mezcla se combinaba con lejías alcalinas y jabones llegados de Fenicia. Era común la exposición al sol prolongada durante horas para matizar los rubios. Por el contrario, los romanos optaban por tonos oscuros y uno de los tintes predilectos se conseguía hirvierdo castañas y puerros. Y se tomaban muy en serio la imagen, hasta el punto de incluir una ley que regulaba el cuidado del cabello y la higiene personal.En la Edad Media el cabello de tono rojizo era considerado un defecto genético. Hubo una etapa en la que las personas que nacían pelirrojas eran consideradas sospechosas de brujería. Sin embargo el tono rojizo y vibrante de la reina Elizabeth I, hizo que los canones de belleza se tambaleasen, y las hennas volvieron a estar de actualidad. Toda una trendsetter. A pesar de ello, los cabellos rubios siguieron siendo deseados, y transcendieron al barroco, donde era común el uso de lejía de potasio y soda cáustica para blanquearlo, y se trataba al sol para fijarlo y conseguir los extravagantes peinados tan característicos de la época.

La coloración sintética

En 1863 se descubrió el compuesto sintético ‘parafenilendiamina’ (PPD). Es la base de los tintes capilares comunes, asi como de los tintes para tejidos y otros tintes utilizados en impresión con tintas, litografías… etc. También se encuentra en los productos con caucho, petróleo y gasolina. Es un compuesto químico estrella en diferentes industrias debido a su capacidad para aguantar altas temperaturas conservando su estabilidad molecular y una producción muy barata y sencilla.Este descubrimiento y el uso del peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) como decolorante capilar, permitieron a un joven Eugene Schueller desarrollar los primeros tintes sintéticos en la cocina de su casa, para venderlos a las peluquerías de Paris bajo el normbre de Aureole. Fueron lanzados en 1907 y no tuvieron buena acogida por el temor de la gente a utilizar tintes sintéticos. A esto se le sumaron diferentes publicaciones que reflejaban efectos secundarios de deshidratación capilar e irritabilidad de la piel y alergias en el cuero cabelludo. En 1909 Aureole pasó a llamarse French Harmless Hair Dye Company; la estrategia no funcionó. Volvió a ser renombrada en 1910 como L’Oréal. Eugene Schueller se convertiría en el fundador de una multinacional que ya en 1920 operaba en 17 paises, y en uno de los padres de la publicidad contemporánea.Los productos se fueron perfeccionando, pero seguían sin conseguir un efecto natural y duradero, ya que literalmente impregnaban el cabello en tinte. En 1917 se desarrolló la técnica del rubio en dos fases, retirando el color natural y aplicando los pigmentos sintéticos. La compañía francesa Mury, posteriormente Clairol, desarrolló a principios de los años 20 los tintes que penetran en el cabello. Esto permitió conseguir efectos más duraderos, un producto competitivo en cuanto a resultados, y viable en producción a gran escala. Y la llegada de Technicolor a la industria del cine en los años 30 fue el aliado perfecto de promoción y cambio de conducta. El color en el cine y las celebrities de Hollywood se convirtieron en el engranaje soñado para invertir una opinión de recelo por parte de la sociedad y consagrar un canon de belleza favorable para la venta.

100 años de poca evolución y muchos complementos

Las técnicas de coloración actuales penetran en profundida en la cutícula capilar, sin respetar la estructura natural del cabello, y eliminan por oxidación los pigmentos, sustituyéndolos por tintes sintéticos. Una agresión repetida en el tiempo provoca una desnaturalización del cabello y un efecto artificial de textura y perdida de brillo. El cabello muta litelarmente de ser una extensión del cuerpo a una fibra orgánica decorativa. Es entonces cuando es necesario el uso de acondicionadores con bases de siliconas para conseguir brillo y textura. Productos de acabado y champús específicos para enmascarar en vez de tratar. Esto es interesante porque se crean nuevas necesidades de compra en los consumidores y el mercado ofrece nuevas oportunidades para los fabricantes. Pero muy desafortunadamente se utilizan productos con bases sintéticas oclusivas para tratar dichas patologías. La falta de oxigenación, y posterior deshidratación y desnaturalización, son el origen o principal causa de casi la totalidad de las patologías capilares y cutáneas tratadas a lo largo de 30 años de experiencia.

Hemos querido sintetizar en un mismo espacio todos los cuidados de belleza necesarios.

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